La Confederación Sudamericana de Fútbol buscó, entre fines de los 80 y comienzos de los 90, acercarse a la experiencia europea en el sistema de competencias. La creación de nuevos torneos abrirían las puertas a clubes con poca participación internacional y agregaría un calendario de actividad que ocuparía prácticamente todo el año. Puesta en marcha la Supercopa con los campeones de la Libertadores en 1988, cuatro años más tarde se dio inicio a la Copa Conmebol. Un torneo eliminatorio y con la participación de equipos que preferentemente no fueran aquellos que representaron a sus país en la Libertadores correspondiente al año. De ésta forma los terceros, cuartos y hasta quintos colocados en las distintas ligas tendrían acceso a la competencia internacional.
Al igual que la Supercopa, nunca llegó a instalarse en el corazón del hincha. En gran medida por culpa de los clubes que la disputaron, principalmente aquellos de más arraigo popular, que en la mayoría de las ocasiones no presentaron a sus principales futbolistas. La Copa Conmebol se disputó hasta el año 1999.
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