miércoles, 19 de febrero de 2014

Copa Intercontinental 1964: Internazionale campeón


Tanto Independiente como Internazionale llegaron a la disputa de la Copa Intercontinental en 1964 con grandes méritos. Ambos necesitaron dejar atrás grandes finales contra equipos calificados.
El Rojo de Avellaneda había vencido a Nacional de Montevideo por mínima diferencia en la final de la Copa Libertadores de América, mientras que Inter de Milán postergó la retomada de la hegemonía del Real Madrid en Europa al derrotarlo en la final de la Copa de Campeones.

Nacional del 64 fue superado  por Independiente de forma ajustada

Real Madrid del 64 no pudo con el gran equipo de Inter de Milán

Abriendo el Catenaccio

Quizás como en pocas ocasiones, el enfrentamiento de estilos entre el técnico de Independiente, Manuel Giúdice y Helenio Herrera de Inter de Milán, acaparó tanta atención como la calidad de los futbolistas que integraban uno y otro equipo.

Helenio Herrera que era nacido en Buenos Aires, no tuvo brillo como futbolista pero como entrenador dejó una marca imposible de borrar. Herrera, basado en su concepto futbolístico de una defensa sólida como premisa fundamental, fue quien desarrolló el "Catenaccio" -significa candado en italiano-, ideado por Nereo Rocco.
En contrapartida Giúdice había formado un equipo ofensivo. El entrenador de Independiente que en sus tiempos de futbolista fue un volante central de técnica refinada, había sentido el gusto de jugar en grandes equipos recordados por sus temidas delanteras al ejemplo de "La Máquina" de River en la década del 40, siendo esa forma de sentir el fútbol parte de su sello personal como entrenador.

El Rojo en Avellaneda

Con el arbitraje del brasileño Armando Márques, considerado por muchos como el mejor en la historia del reeferato de Brasil; Independiente recibió a Inter con estadio lleno.
Mario Rodríguez tuvo la particularidad de señalar goles de enorme trascendencia. Lo había hecho en la Libertadores y ante Inter por la Intercontinental del 64 volvió a mostrar su oportunismo. Casi con 15 minutos del segundo tiempo logró romper el cerrojo italiano estableciendo el 1-0 con que se llegó al final del encuentro. Fue un día 9 de setiembre y para el 23 estaba marcada la revancha en el San Siro de Milán adonde Independiente llevaría esa pequeña ventaja.

El catenaccio también juega

Si bien es cierto que el estilo defensivo de Internazionale era su característica principal, no es menos cierto que su ataque estaba constituído por notables futbolistas a ejemplo de Jair da Costa que no tuvo un pasaje más significativo por la selección de Brasil ya que delante suyo estaba nadie más que Garrincha. También formaba parte del mediocampo Sandro Mazzola, el español Luis Suárez y Mario Corso, todos jugadores de indiscutible riqueza técnica.
Con 8 minutos apenas, el San Siro rugió por primera vez cuando Mazzola marcó el primer gol que dejaba empatada la serie. Inter siguió siendo superior y recién pasada la media hora de juego, Corso anotó el segundo. Con la ventaja y su gran vocación defensiva, Inter no tuvo problemas en llegar al final del encuentro con el triunfo, obligando a la realización de un tercer partido, programado para jugarse en el estadio Santiago Bernabeu en la capital española.
El estadio Santiago Bernabeu el día de la final en 1964
Fiesta italiana en Madrid

Mario Corso
Inter entró a la cancha con Sarti, Tagnin, Facchetti, Malatrasi y Guarnieri; Picchi y Dominghini; Peiró, Milani, Suárez y Corso. Independiente formó con Santoro, Guzmán, Deccaría, Paflik y Acevedo; Maldonado; Bernao, Suárez, Prospitti, Rodríguez y Savoy.

En un juego de cuidados extremados por parte de ambos equipos, se necesitó de un tiempo suplementario para conocer el campeón tras quedar igualados 0-0 en los 90 minutos.
Recién sobre el final del tiempo, Mario Corso le dio a Internazionale la Copa Intercontinental de 1964.



El campeón

Inter había demostrado en el Praterstadion de la capital de Austria su poderío, que no era tan sólo defensivo. Al final de cuentas para superar al Real Madrid de Puskas, Di Stéfano y Gento había que jugar buen fútbol y tener jerarquía individual.
Inter superó en ese encuentro correspondiente a la final de la Copa de Campeones de Europa por 3 a 1 al Real.

Praterstadion de Viena
Ante Independiente volvió a mostrar que se trataba de un gran equipo. Varios de sus futbolistas quedaron consagrados para siempre y se transformaron en referencias del victorioso estilo italiano. Los defensores Burgnich y Facchetti, el capitán Picchi, Sandro Mazzola, Mario Corso o los extranjeros Luis Suárez y Jair da Costa integran sin lugar a dudas un lugar de privilegio en el corazón de los italianos y en especial de aquellos que simpatizan con Internazionale.

Internazionale campeón mundial de 1964

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